Todos echamos de menos nuestra vida anterior a la pandemia. Hoy mismo se cumple un año justo de las primeras cancelaciones de conciertos, que continuaron cayendo en cascada. Dos días después comenzaron los confinamientos. Si sois de lágrima fácil coged dos o tres pañuelos antes de comenzar a escuchar esta canción de Yorch que os presento aquí. Si eres de los que sienten pellizcos en la piel y la nostalgia te produce escalofríos y punzadas en el corazón vas a disfrutar y sufrir con esta Interior / Exterior, que nos lleva a tiempos que añoramos, a momentos en los que pasabas por la puerta del Vizcaíno y veías a media Sevilla con una cervecita o un vermut. Esa frase, al escucharla en la canción, fue un toque de rebato a todos mis sentidos, que respondieron a él en la misma forma en que lo hacen al quejío de Silvia Pérez Cruz en El pequeño vals vienés, por ejemplo; en esa misma forma, inexplicable e incontrolable.
Jorge Naranjo comienza a cantar como si estuviese leyendo el guion de una película que describe el día de Juan, el protagonista, en nuestra ciudad. Y a medida que avanza la canción van apareciendo otros invitados que cantan con él: Juano Azagra aparece como Juan, cantando sobre el Habanilla; le responde Ana Chufa, que es Alicia, su ex novia. La chica del Pumarejo que ve a Juan en el Maravilla y en el Vizcaíno es Chío Abbad, la frontwoman del grupo Borneo. Más tarde Dani Llamas se incorpora a la pandilla para cantar sobre el fiestón en la calle Espada y después Pilar G. Angulo canta sobre lo que hizo esta gente en la Alameda. Al llegar el momento del solo de guitarra escuchamos la fantasía que Alvaro Suite saca de su Fender Jaguar. Llega la noche, Juan se va al Nocturama, en el Casino de la Exposición, y Chencho Fernández nos lo cuenta. Y por último Miguel Rivera, el cantante de Maga, dice que Juan termina la jornada durmiendo en su buhardilla; de nuevo es de día y no hay lugar para las pesadillas.
Jorge me cuenta que la canción está hecha con mucho cariño. «Muchísimo. Y si conseguimos trasmitir eso que has contado estamos satisfechos, porque esa era la idea: transmitir algo bonito en estos tiempos turbios. Esta canción pedía colaboraciones; es una canción sin estribillo, es una canción río, que se va repitiendo; y como es una canción que llama a la unión y al encuentro me pareció muy bonito que participase toda esta gente, que además de ser grandes artistas a los que admiro muchísimo es gente que también quiero y aprecio y todos dijeron que sí. Para mí fue un regalazo y ellos hacen de la canción algo muy especial y a mí me hacen muy feliz».
Yorch lo forman Jorge cantando y tocando la guitarra acústica, Gonzalo de Cos con los teclados, Jesús Gutiérrez con el bajo y Alejandro Espadero a la batería, aunque en realidad lo que suena en el audio son los retoques que Alejandro le hizo con una batería electrónica a los toques grabados con un móvil que su hermano Alfonso Espadero hizo sonar en una batería acústica. También suenan las partes de guitarra de Fernando Zambruno, que además fue quien grabó y mezcló la canción en los estudios Pancake Analog Recording, y después se masterizó en Kadifornia.
Es también muy importante que sepáis que todos los derechos que genere el single se destinarán a la delegación sevillana de la plataforma Movilización Unida de Trabajadorxs del Espectáculo (M.U.T.E.) para paliar los daños del Covid-19.
«Interior / Exterior nace en pleno confinamiento y es el anhelo de retomar la vida donde la dejamos el pasado 13 de marzo. Es el deseo de abrazar a la gente que queremos, de llenar las calles, los bares y los conciertos, de regresar a las madrugadas eternas y al beso espontáneo. De bailar apretados entre sudores ajenos, risas nerviosas y copas efervescentes. De respirar y expirar sin miedo. De no saber a qué hora ponen la última o cuándo hay que volver a casa». Así lo cuenta Jorge Naranjo en la hoja promocional; la canción es un collage de emociones, colores y vitalidad que Ezequiel Barranco ha expresado de manera impecable en una portada bañada por un amanecer en el sevillano mercado de la calle Feria.
Ezequiel está totalmente on fire actualmente, no hay más que recordar que es el autor de la portada del single del que os escribía en mi artículo de ayer. Así que aprovechando que hablaba con él sobre ese trabajo le pedí también algunas impresiones sobre este. «La canción está compuesta por escenas que transcurren en interiores de bares y exteriores de la zona Alameda, calle Feria, plaza de San Marcos… y el título me dijo Jorge que hacía referencia a anotaciones que se indican en los guiones de películas para situar las escenas. Y de ahí surgió la idea de plantearlo como un cartel de película. Como espacio medio interior, medio exterior, me gustó usar esa esquina del mercado de la calle Feria con la plaza de Calderón de la Barca e hice este rollo alegre y un poco kitsch».
A veces, una canción sale de la nada y simplemente te roba el corazón. No lo viste venir. No lo esperabas. El enamoramiento comienza sin pretensiones. Pero luego crece. Se desliza debajo de tu piel y se fragua con tus músculos, con tus tejidos. Es una de esas canciones que mejora con cada giro. Es tan natural como si siempre hubiera sido parte de ti y no te imaginas que lo que dice no haya estado siempre en tu vida. Captura totalmente el espíritu y el fuego que manteníamos hace justo un año. Y en eso está la penitencia del pecado que acompaña a su virtud…
… porque Yorch ha creado una canción en la que todos apreciamos la imagen, la familiaridad, el espejo en el que contemplarnos y cuando la escuchamos sentimos que están hablando de una parte de nuestro propio hogar. Interior / Exterior es el deseo de juntarnos sin limitaciones y sustituir el encierro individual por la fiesta universal, leemos en la hoja que adjunta el sello Lunar Discos, y ese deseo incide directamente en el corazón. Y el golpe es fuerte. Por eso el resultado en realidad es agridulce; contiene demasiadas señas de identidad juntadas en un espacio que ahora mismo está casi vacío. La canción es la banda sonora de una película que aunque trasciende más allá de ser negra, yerma y cruda, para transmitir esperanza, no termina de aliviar al que en esta noche de viernes, en lugar de estar en la Sala X asistiendo a un concierto, como así hubiese sido hace justo un año, cuando iban a tocar allí Amphetamine Discharge y no pudo ser, vuelve a estar en el sofá de su casa, escuchándola mientras lee esta reseña, con el teléfono móvil en una mano y un vaso de bourbon en la otra. Evitando que las lágrimas caigan dentro de él.
