No cabe duda de que el rock andaluz está siendo traído al primer plano de la escena musical desde hace algún tiempo. Hay músicos que lo están haciendo de forma más radical y otros, sin embargo, prefieren refrescar los sonidos clásicos de sus inicios en los años 70 y primeros 80. Este es el caso de Zahorí, un grupo nuevo que se presenta con un primer single que ya se encuentra a vuestra disposición en las habituales plataformas de escucha, titulado La danza del galgo, que en realidad es una sinfonía eléctrica andaluza de algo más de diez minutos de duración, con dos partes instrumentales bien diferenciadas, una primera, en la que los protagonistas son los teclados y la guitarra flamenca, que nos trae muchos aires trianeros, que en la segunda parte están mucho más imantados, al adquirir el protagonismo la guitarra eléctrica. Las líneas de bajo también tienen más relevancia en esta segunda parte, en la que el instrumento lo toca un bajista diferente a la primera y en medio de las dos partes un interludio con el recitado de un soneto reivindicativo contra el maltrato de los galgos una vez que ya dejan de serles útiles a su amo para la caza. Zahorí no subvierte las viejas estructuras, sino que repite brillantemente las fórmulas estéticas de aquellos años de ruptura a través de las experiencias de toda una vida de sus músicos, desarrolladas con espíritu flamenco y, sobre todo, progresivo.
Zahorí es un cuarteto compuesto por Jarri García, que fue batería de Spooneye y Los Niños del Vudú, con los que actualmente se ocupa de los teclados de forma paralela a como lo hace aquí, y que anteriormente lanzó un EP a su nombre y algunas canciones de hip hop bajo el nombre de Robert de Nigga. El batería es Jesús Oca, aka Joca, actual percusionista de la banda SIK, tributo a Slipknot, y anteriormente batería en la banda de metal Delirium. El tercero es Paco Cotán, que formó con Jarri hace diez años dos agrupaciones de punk llamadas Rata Roja y Gualas, con las que dieron varios conciertos pero no llegaron a sacar material, y en Zahorí se ocupa de la guitarra eléctrica, el bajo y las voces. Y la formación se completa con el que toca la guitarra flamenca, que es Manolo López, para el que esta banda es su primera experiencia, a pesar de ser el mayor de todos, con 30 años; el resto bascula entre los 21 y los 26 años de edad.
Jarri es con quien me pongo al habla para conocer a Zahorí de primera mano. «El grupo comenzó hace tres años, cuando dejé Spooneye y me animé a aprender a tocar los teclados para componer música propia. Hablé con Manolo, que es mi primo, para crear un grupo y más tarde se nos uniría Paco, a quien conozco de toda la vida. Empezamos a componer y a ensayar, pero estuvimos mucho tiempo sin encontrar un batería. Más tarde se nos unió Fabio y las canciones empezaron a coger mucha más forma y sentido gracias a la batería, pero cuando estaba todo compuesto y empezamos a grabar el EP, Fabio tuvo que dejar la banda por temas personales, así que tuvimos que aparcar la grabación; seguimos tocando los tres y pasó un tiempo hasta que encontramos a Joca, con el que retomamos las canciones y terminamos de componer otras, y hace poco empezamos a grabar de nuevo el EP. Pero también se ha visto dificultado por la crisis del covid, que además nos ha impedido tener la oportunidad de tocar en directo».
Le pregunto también por qué hay dos bajistas, uno en cada parte de la suite y parece que es una cosa de la logística del grupo: «Tenemos varios bajistas en las grabaciones porque hemos colaborado con músicos amigos y también con el productor en las canciones en las que Paco tenía que tocar algún otro instrumento. A la hora del directo contamos con el productor para hacer esas partes de bajo». El productor mencionado es Alberto Samsa, que reemplaza a Paco en la segunda parte de La danza del galgo tocando el bajo. Él ha sido también quien ha grabado la canción y la ha masterizado posteriormente en los estudios de La Cabaña Producciones. El diseño de la portada del single es de Milana Koshka, aka Milkatmond.
En nuestra charla, Jarri me habla de la grabación de un EP, por lo que intuimos que esta primera canción será el adelanto de una obra mayor. «Actualmente seguimos grabando el EP, tan solo nos queda una canción por grabar. Tendrá cuatro canciones de bastante duración, entre los seis y los trece minutos, y una posible intro. Esta canción de La danza del galgo, que hemos sacado como single, formará parte del EP y se trata de una rumba en su cuerpo mayoritario, rodeada por otros estilos, como el sinfónico. Está inspirada en una canción celta llamada La danza del oso y fue la primera canción que compusimos; es una pieza mayoritariamente instrumental pero con un poema en su mitad escrito por Paco. Los otros temas, aunque tienen más peso en su parte instrumental, sí tienen líneas vocales de las que nos encargamos varios miembros del grupo».
Le pido también algún adelanto más sobre esas nuevas piezas que aún no conocemos. «Las demás canciones se titularán Preso y animal (Fábula), Una semilla y Un atajo hacia los hongos. Tratan de temas que hablan de la naturaleza, la libertad, o la falta de ella, los conflictos humanos… y aunque mezclamos multitud de estilos en nuestras canciones, consideramos nuestro trabajo como música andaluza debido a la naturaleza de su carácter y raíces».
Multitud de estilos mezclados que también le pido que me detalle, aunque ya a estas alturas todos sabemos por dónde van los tiros. «Nuestras influencias son muy variadas; escuchamos música muy distinta, desde rock psicodélico de los 60 a rock progresivo de los 70, pasando por el metal, la música celta, la música clásica, la electrónica y el flamenco. Grupos y artistas que se pueden mencionar son Pink Floyd, Triana, Ghost, J.S. Bach, Celtas Cortos, Iratxo, Camarón… Lo que tenemos en común es el sentido de la música como viaje, que no sea simplemente una canción que puede gustarte o no, sino que se trate de un recorrido, de un mensaje y de una atmósfera». El viaje se ha iniciado, esperemos que sea de muy largo recorrido.